Más que un comic. Más que una biografía al uso. Más que el relato simple de los hechos vitales de una de las mayores leyendas del rock de todos los tiempos. En ‘Voodoo Child. la leyenda de Jimmy Hendrix’ asistimos a una explosión artística que aúna ambos conceptos en una magna obra gráfica, digna del para muchos, mejor guitarrista de la historia.
Hay comics que van más allá de lo que normalmente entendemos por comic al uso; que por una u otra causa, juegan, podríamos decir, en otra liga. Y esta obra que nos ocupa es uno de esos casos.
Como fan acérrimo de Bill Sienkiewicz que me considero, me gusta olfatear sobre todos los asuntos en los que este enorme talento se mueve. Y recuerdo bien el momento en que descubrí esta joya por primera vez hace años, y cómo cayó en mis manos: como maná divino que cae del cielo.
‘Voodoo Child’, título homónimo de uno de los más famosos temas de The Jimmy Hendrix Experience, es una obra difícil de clasificar. Es un comic; el formato lo tenemos claro. Pero no es una biografía al estilo clásico literario. Es más bien una recreación, una especie de biopic sugerido, imaginado, cocinado y elaborado a fuego lento, en el que uno asiste al nacimiento, búsqueda incesante y desarrollo de un talento artístico musical sin parangón, personificado en la genial figura de aquel joven guitarrista zurdo de dedos de fuego llamado James Marshall Hendrix. Y a pesar de su triste, trágica y prematura desaparición, el legado que nos dejó en tan breve recorrido es tan poderoso e importante que sigue estando igualmente fresco y vigente casi 50 años después de su muerte.
La inmersión en ‘Voodoo Child’ es una propuesta elaborada en varios niveles de lectura. Aquí el lector encontrará por un lado, un relato visual sobre su vida, sobre cómo creció con el anhelo, por encima del deseo de convertirse en una gran estrella, de encontrar y sacar un sonido propio desarrollado y madurado desde su más profundo interior.
Pero el lector también podrá satisfacer su lado más melómano, si quiere, centrándose en su aspecto más musical mediante el acercamiento a sus letras y a sus canciones. Y a su vez, podrá asomarse también al marco de una ambientación histórica que envuelve toda la obra, en las diversas pinceladas que nos presentan sobre algunos de los hechos más destacados de la que fue su época: los 50 y 60; unas décadas apasionantes llena de cambios sociales y contraculturales tan icónicos como fueron el problema de la segregación racial, el movimiento hippie o la psicodelia.
Aquí, la narración fluye literalmente en paralelo con extractos de letras de canciones del propio Hendrix, que hacen de verdadero hilo conductor de la historia, y cuyas traducciones se nos ofrecen recopiladas al final del volumen. Hay que reconocer que ese factor puede jugar obviamente en contra de una fluida lectura de la obra, ya que nos hace ir y volver sobre nuestras páginas constantemente si no se tiene conocimiento del inglés, o si uno quiere detenerse simplemente a analizar dichas letras y su relación con las viñetas a las que acompañan.
Lo más destacable de esta obra, su punto más fuerte y por tanto su gran valor, (pese a la ingente labor creativa, de recopilación y documentación, con asesoría del mismísimo Will Eisner –pongámonos en pie, por favor…–), por encima de todo lo demás, es sencillamente el inmenso trabajo de recreación visual y artístico de Sienkiewicz.
En la misma línea de creaciones suyas anteriores como ‘Elektra assassin’ o ‘Stray toasters’, el autor despliega una vez más su arte a través de una explosión gráfica y colorista que corta el aliento como un cuchillo caliente corta la mantequilla. Como un riff eléctrico de guitarra corta el eco del silencio en una noche oscura y solitaria. Cada trazo, un acierto. Cada viñeta, un deleite. Cada página, un regalo. Este es el exquisito y asombroso embrujo que imprime este artista a cada una de sus obras.
Tenemos aquí, respecto a la puesta en escena, a un Bill marca de la casa, apostando claramente por una propuesta de desarrollo vertical mayoritaria en sus páginas, tan de su gusto. Viñetas largas y estiradas que se suceden unas a otras a ráfagas como fotogramas de una película que te mantiene atrapado y sobre la que no puedes apartar tus ojos.
Más allá de esa obviedad, el maestro nos despliega todo su arte en una panoplia de modelos diversos de página, que abarcan desde la splash page de viñeta única, hasta páginas de 2, 3, 4 (y así, sin faltar hasta llegar a las 17, que las hemos contado…) viñetas, y llegando nada más y nada menos que a páginas de hasta 24 viñetas.
Y todas ellas regadas de su infinita sabiduría técnica, plena de los recursos poderosos y coloristas a los que ya nos tiene acostumbrados: sus característicos esgrafiados, empastados, collages, difuminados de sprays y aerógrafo o fotocomposición, junto con su habitual habilidad con el lápiz, la acuarela, el pastel, el óleo, el gouache, la rotulación o incluso probando técnicas tan dispares como la mimeografía. Es por tanto, un Sienkiewicz libre y en estado puro, y por tanto, la fusión artística perfecta: un experimentador incansable plasmando la historia de otro genial experimentador incansable. No podía ser de otra manera.
Uno de los detalles precisamente más atractivos que los más mitómanos del lugar agradecerán también de esta obra, que el dibujante sabe explotar como nadie dada su excelencia habilidad con el retrato, es precisamente los múltiples guiños por medio de la inclusión de las muchas figuras históricas que asoman su rostro a lo largo de estas páginas. Casi todos, artistas o figuras públicas de la época que compartieron instantes o se cruzaron con el guitarrista en un momento u otro de su vida: Little Richard, Muddy Watters, Los Beatles, Martin Luther King, Dylan, etc.
‘Voodoo Child’ recoge en esencia la historia de un chaval que hizo de su pasión su vida, y que llevó esta hasta sus últimas gloriosas y trágicas consecuencias. A fin de cuentas, nos cuentan los autores, Jimmy simplemente era un tipo con un único y sencillo deseo arraigado en su corazón y en su cabeza: sacar su música adelante. El tipo solamente quería tocar aquello que estaba encerrada dentro de su cabeza. Crear, probar y tocar su propio sonido. Y que le dejaran en paz. Ya está. Eso era todo.
Y parte de eso, de esa esencia, es lo que emana también en la intención de los autores con ese trabajo. Esta es una obra multifacética, concebida sin duda desde varios frentes, que nos invita ineludiblemente a la posibilidad de ser disfrutada a la vez desde la lectura a la par que desde la escucha. Vas leyendo y la obra casi te reclama a la vez ir teniendo puesta de fondo en el tocata, alguno de los grandes éxitos de la banda para generar una inmersión total en la historia. Y si no la tienes a mano, casi da igual, ya que te pide resonar esos ecos de rock eléctrico en tu propia cabeza, y todo ello envuelto gracias a una plasticidad gráfica que lo aglutina y le da sentido al conjunto global. Como una especie de viaje lisérgico y multisensorial. Es la gran apuesta que se ha pretendido conseguir con esta atrevida propuesta.
Puntualizando para terminar, si buscas un comic tradicional, fluido o simplemente divertido, sigue buscando, que aquí igual no lo encuentras. Es cierto que este no es un comic sencillo de leer, por su concepción misma, su estructura un tanto farragosa y alejada de los cánones clásicos del comic, y lo complicado del tratamiento narrativo tan propio de su dibujante. En el preciosismo del trabajo viñeta a viñeta, queda el poso de que se diluye el resultado de la narración global.
Así que quizás desconectes o que te deje indiferente. O incluso que te aburra. Puede que exijas más que virtuosismo gráfico en formato puzzle. Más datos, más ambientación. Más minuciosidad narrativa. También estamos aquí para reconocer que sí, que algo, o todo eso, podría pasarte, por muy fan de Sienkiewicz que yo pueda ser.
Pese a esto, el gran acierto de ‘Voodoo Child’ es que puede resultar de interés para un amplísimo sector de público objetivo: lectores, amantes de la música en general y del rock en particular, artistas plásticos, curiosos de la historia, del mundo de las discográficas, ¡e incluso gente a la que no le gusten los comics! Puede funcionar como lectura, como acercamiento a una figura histórica o como simple regalo de deleite visual. Este comic, lo pilles por el punto que lo pilles, seguro que por alguna parte te terminará por conquistar. Yo lo compraría una y mil veces.
Por lo tanto, si te gusta Hendrix, si te gustan los comics bien hechos o si solamente buscas un producto diferente, bien merece que le des una oportunidad: dale al play, abre por la primera página y déjate seducir por el particular embrujo voodoo de esta inclasificable guitarra… de leyenda.
CRÉDITOS
- GUIONISTA: Martin I. Green
- DIBUJANTE: Bill Sienkiewicz
- COLORISTA: Bill Sienkiewicz
VALORACIÓN
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