La serie también es candidata a ganar el premio a «Mejor Publicación de Humor» y Mark Russell a mejor escritor, solamente por este comic de doce números. Tantas nominaciones no pueden menos que obligarnos a darle una oportunidad a la obra, de personajes entrañables y llena de evocaciones nostálgicas.

Hannah Barbera y DC Comics vienen colaborando en adaptaciones a la historieta de los dibujos animados que tanto nos divirtieron durante nuestra infancia. Pero no son comics infantiles como podía presumirse. Se trata de reversiones algo realistas o adultas de los personajes clásicos, de las que recomiendo al menos una mirada más no sea por curiosidad. ‘Los Autos Locos’ tienen su versión, ‘Johnny Quest’ y todo su multiverso superheroico también. Siempre muy interesante y con una mirada adulta, apuntada a aquel lector que creció con esos personajes. Es decir: nos adaptaron los personajes a nuestra edad actual. De todas formas, las nominaciones a los Premios Eisner fueron una sorpresa que duplicó la curiosidad por ese material que me había llamado la atención, pero que -personalmente- no era una prioridad de lectura.

The Flintstones es una miniserie de 12 números
The Flintstones es una miniserie de 12 números

Finalmente me lanzo. Lo primero que me fascina es el dibujo de Steve Pugh, un británico que viene teniendo algunos trabajos en DC en publicaciones de tono indie como puede ser el ‘Animal Man de Jeff Lemire’ y en ‘Marvel con Generation X’ de Warren Ellis y Brian Wood. Un estilo que también tiene el ‘Archie’ de Mark Waid, que me parece muy interesante para hacer humor ácido con una imagen luminosa y familiar, usando personajes que están instalados en el acervo cultural pop. El dibujante comentó en una entrevista que sale de la caricatura clásica de Hannah Barbera para construir los músculos de un Pedro Picapiedra –o Fred Flintstone– que se asemeja mucho más a «un jugador de fútbol americano de secundario, que al trabajador de middle-class de los dibujos animados». Comentó también que disfrutó de la posibilidad de diseñar los electrodomésticos/animales tan característicos de la serie.

Una de las características más hilarantes de Los Picapiedra eran estos animales prehistóricos convertidos en elementos del hogar, tales como lavaplatos, tocadiscos, podadoras de césped, etc. El comic le da un giro pensante a este gag del dibujo animado. Durante el transcurso de los doce números, veremos cómo estos animales sienten, se preocupan y dialogan entre ellos.

En este comic de 'The Flintstones', volvemos a ver a personajes de nuestra infancia
En este comic de ‘The Flintstones’, volvemos a ver a personajes de nuestra infancia

Es una serie profundamente humana y los electrodomésticos característicos de Piedradura, nos dan uno de los momentos más sentimentales a lo largo de los 12 números de la miniserie. El giro cómico de los dibujos, profundiza el mensaje principal de varios episodios en el comic.

Durante el transcurso de todo el envío nos sorprenden constantemente con la trama familiar, personal y cotidiana de todos los personajes. Siendo aquí donde más se separa de lo clásico. Es un comic definitivamente maduro. Los comics ‘para adultos’, plagados de sexo y violencia pecan muchas veces de inmaduros. Rusell entiende bien la diferencia entre estos dos conceptos, para adentrarnos en problemáticas que cualquiera de los lectores atraviesa cotidianamente.

Los personajes adquieren un carid crítico hacia la sociedad actual
Los personajes adquieren un cariz crítico hacia la sociedad actual

La historia de Bedrock (Piedradura) se modifica y adapta para insertarnos en una comedia crítica sobre la construcción de la sociedad norteamericana de principios de los 60s –el american way of life– y su llegada a nuestra época. Siempre en ese marco pseudo paleolítico, que le permite a Mark Russell encontrar permanentemente la excusa perfecta para realizar un humor profundamente político, sociológico y antropológico.

Es un humor absolutamente inteligente. Todas las temáticas se profundizan y todos los chistes tienen un doble sentido sociopolítico y hasta por momentos antropológico.

Se trata de una historieta políticamente incorrecta y llena de dobles sentidos
Se trata de una historieta políticamente incorrecta y llena de dobles sentidos

Durante la primera mitad de la serie los conflictos pasan por la forma de vida, el pasado, la explotación de los inmigrantes, la utilización de la población para fines económicos –incluso durante la guerra–. Luego en la segunda mitad, hay críticas a la democracia representativa y nuevamente a cómo financiamos o alimentamos la violencia bélica. La xenofobia y homofobia son duramente criticadas. Las religiones satirizadas. Los trabajadores migrantes, las parejas del mismo sexo, las presiones laborales, la economía familiar, las frustraciones personales, la falta de solidaridad, etc. ¿Cuántos temas? Sorprendentemente se abordan si abandonar nunca la clave del humor característica de los dibujos animados.

El formato es interesante. Son grapas autoconclusivas con un trasfondo que evoluciona hasta llegar al final. Tal vez sea lo que peor que tiene. No lo digo en el trillado sentido de que no quería que termine; doce números son una buena cantidad de entregas y satisfacen al lector. La miniserie queda cerrada y tiene una aventura final, pero curiosamente es la peor de todas. Tal vez sea el puntapié para profundizar en una segunda etapa, pero podríamos haber trabajado una conclusión general diferente y más acorde al derroche de intelecto con el que el autor resuelve cada capítulo.

Página completa de 'The Flintstones'
Página completa de ‘The Flintstones’